Es práctica de las empresas realizar "mejoras continuas". Sin embargo, ¿este proceso es estándar e incluye buena documentación? Aquellas empresas que quieran continuar positivamente en su camino de mejora sin contratiempos tienen que utilizar unidades de medida. Independientemente de que la variable en cuestión sea cualitativa; se debe asignar algún método para medir claramente el resultado y evitar interpretaciones subjetivas. Estas prácticas de medición y documentación aumentarán las posibilidades de éxito en la reducción de costos, tiempo y uso de otros recursos.
En la evaluación de un compuesto de purga, es más probable que se requiera personal de producción para medir el desempeño de cada producto a probar. Luego compare los resultados de cada método y proceso de purga. Si lo hace de forma cuantificable, será más fácil distinguir cuál de las opciones es una mejora real. Tenga en cuenta que frases como "funcionó, nos gustó o nos funcionó" no siempre son suficientes para documentar el resultado de un proyecto de mejora. Por lo tanto, se sugiere utilizar medidas cuantificables. Entonces la respuesta sería: “se logró una reducción de tiempo de 2 horas y 45 minutos, el ahorro fue de 6000 pesos por cada cambio de producto en un caso tan específico, la efectividad fue 100% mayor porque no se encontraron piezas defectuosas”.
Un proceso estándar de mejora continua debe considerar mantener registros de los resultados y cómo se llegó a ellos. Además, que puede ser repetible y auditable. Esto es parte del aprendizaje organizacional. De modo que en el futuro, cuando el personal cambie y el personal nuevo quiera mejorar aún más el proceso, quedará claro cuál será la base y cómo se medirá la mejora. De esta manera, se evita un retorno a prácticas ineficientes y menos rentables debido a interpretaciones subjetivas.
Por ejemplo, considera que no es lo mismo probar en la máquina A que en la máquina B. Aunque el defecto de contaminación sea el mismo. Tampoco es lo mismo considerar que la contaminación generada por una resina es la misma que la generada por una segunda resina. Así, cada caso debe ser evaluado de forma independiente y considerando las variaciones que puedan existir con respecto a otros casos. La homologación de un producto en diferentes circunstancias puede variar y más si la forma de medir no es la adecuada. Evitar tener recaídas y regresiones por malas interpretaciones.
Six Sigma y Kaizen consideran mediciones, registros, instrumentos, condiciones de prueba, etc., para lograr el mejor resultado. Aplicar los mismos criterios en el día a día para mantener la disciplina y lograr resultados consistentes a largo plazo. La cantidad de veces que se olvidan las buenas prácticas merece ser documentada, auditada y recordada constantemente.
Lenny Gutiérrez es experto en purgas de Asaclean y representante técnico de ventas con más de 20 años de experiencia en la industria del plástico.
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